Apostillas al teórico 3 y sugerencias para el que vendrá

Primero, las sugerencias. En el teórico de mañana y del jueves 8 de mayo nos ocuparemos del tema de la competencia comunicativa. Para ilustrar este concepto vamos a recordar un caso bastante curioso que alborotó al campo intelectual hace unos cuantos años y cuyos coletazos se sienten todavía hoy. El protagonista de este módico escándalo fue Alan Sokal, un físico norteamericano que, además de intentar develar los misterios del universo (como suele decirse de los científicos "duros"), se tomó la libertad de diseñar un experimento en el que les reservó a sus colegas de las ciencias sociales el indecoroso papel de conejillos de Indias. Les propongo que busquen información sobre el llamado "caso Sokal" o "escándalo Sokal" (hay toneladas de bits sobre él en Internet) porque este episodio nos va a servir de pretexto para ver cómo funciona la competencia comunicativa.

Ahora, la apostilla.  A propósito de lo que comentamos la clase pasada acerca de la importancia de la ortografía y la puntuación comparto con ustedes una anécdota que Manuel Gálvez recoge en su libro Vida de Sarmiento: 

En 1880, luego de ser presidente, Sarmiento fue nombrado Inspector General de Escuelas. Llegó a un establecimiento y comprobó que los alumnos eran buenos en geografía, historia y matemáticas pero flojos en gramática y se lo hizo saber al maestro. Éste asombrado le dijo: no creo que sean importantes los signos de puntuación.

–¡Qué no! Le daré un ejemplo.

Tomó una tiza y escribió en el pizarrón: "El maestro dice, el inspector es un ignorante".

–Yo nunca diría eso de usted, señor Sarmiento.

–Pues yo sí– dijo tomando una tiza y cambiando la coma de lugar.

La frase quedó así: "El maestro, dice el inspector, es un ignorante". 

Simpático como siempre, el Padre del aula propinóle una dura lección al pobre maestro.

Y de yapa va una imagen que anda circulando por las redes sociales para gloria y loor de las virtudes de la coma.

Nos vemos en el teórico.

AR